lunes, 23 de diciembre de 2013

27 tweets descorazonados y una historia que contar

Estos fueron mis tweets de cuando sufri de un desamor muy cañon, y como me tuve que levantar, y después llego mi verdadero amor, (lease de abajo hacia arriba)

viernes, 6 de diciembre de 2013

Soy un Hobbit

Hola FreakyAmigos!
Les pido de su tiempo y de sus Likes en FB para un concurso de La Cueva Live Radio
para ir a la premier de El Hobbit: La desolación de Smaug.

Solo tienen que votar en la siguiente imagen
Y listo!

Muchas gracias por su tiempo! 

Minako's Mood: 
MinaReflexiónDelDía: "No confiar en quien no confía "

miércoles, 2 de octubre de 2013

Minako's Wish List (Actualizada)

Ya estamos en esa bonita época del año donde están por juntarse dos aspectos de mis festividades favoritas, (Que me regalen regalos como en Navidad, y poder disfrazarme como Halloween). Mi próximo cumpleaños haré una fiesta de disfraces (si me alcanza el presupuesto)
Así que si no saben que regalarme, aquí está una lista actualizada de las cosas que quisiera me pudieran regalar para mi cumpleaños próximo.
  1. Un abrazo sincero
  2. Una Luciernaga *w* me encantan!
  3. Algo d Hello Kitty
  4. Un poster d Elijah Wood o tambien cualquier cosa que lo tenga
  5. Una temporada d Supernatural, Angel, o Gravity Falls
  6. Un dibujito hecho por ustedes (para mis amigos k dibujan, y para los k no también)
  7. Una figurita d hadas
  8. Que me regalen un "Extrañaba mucho platicar contigo"
  9. Unas alitas
  10. Cualquier cosa d Full metal Alchemist
  11. Un clefairy! Clefable o Cleffa
  12. Una tarjeta d felicitaciones
  13. Articulos para dibujar! (pinceles, gises, colores, todo lo que sirva para dibujar)
  14. Volver a ver a un amig@ alejado por algún mal entendido
  15. Cualquier mono de peluche
  16. Alguna película de mis favoritas (Eterno resplandor d una mente sin recuerdos, Corazón de Caballero, Mi vecino Totoro)
  17. Un pecesito Beta *w*
  18. Esmaltes de uñas (o cositas para decorarlas)
  19. Un collar (alimentan mi vicio por los collares)
  20. Nieve de Vainilla *¬*
  21. unos Tennis (calzo dl 4)
  22. Un cuervo que diga ~Nevermore!
  23. Una ida a tomar café y platicar n_n
Esta es la lista d 23 cosas que quisiera que me regalaran. Si no está en sus posibilidades regalarme cualquiera de esas cosas, con un "Felíz Cumpleaños" vía FB, Twitter, o cualquier otro medio, me basta ... 

Minako's Mood:
Ya casi termina la semana laboral -3-

miércoles, 17 de julio de 2013

Sueños por cumplir y cumplidos

      Sin duda todos tenemos una lista de cosas por hacer antes de que nos alcance la Muerte (por siniestro que parezca). La mía, entre otras cosas, contiene un aspecto que he intentado antes, pero no he logrado del todo. 

       Pero este pequeño tropiezo no ha de detenerme, he empezado a retomar este proyecto, mas sin embargo con otro formato, en otra forma y bajo otras circunstancias. Y es así que les presento a ustedes y al mundo, mi primer experimento con WebComic.
     
Con un Gran Poder

       Este ha sido un comic que elabore hace tiempo para un concurso de Scribe y Marvel. Y pues le tengo aprecio, por haber obtenido un 5o y honroso Lugar con el. En fin, este es el primero de varios que iré subiendo así que sin mas por el momento les dejo el link (en la imagen) para que lo lean.

Minako's Mood:
~Enjoy! 

viernes, 5 de julio de 2013

Freakyland en Youtube!

Estamos estrenando canal de YOUTUBE!!

Subscríbanse a nuestro canal para recibir actualizaciones de nuestros VideoPodcast y demás material Freaky que vamos subiendo a la Red.
Minako's Mood: 
Actualizando todas las Redes Sociales

sábado, 1 de junio de 2013

FreakyRecomendaciones

Hago esto para practicar un poco mas mi locución y para expresar lo que me gusta, y si tienen gustos similares, puede y también les guste lo que les recomiendo Saludos desde un Reino Muy Muy Lejano
Minako's Mood: 
Ver Shingeki no Kyojin 
Ver Uzumaki (manga) 
Its all too much - Yui (video)

domingo, 12 de mayo de 2013

La correcta cantidad de Ego

Cada persona en este planeta decide que tanto Ego puede tener, basado en circunstancias de su pasado y presente que lo han ido moldeando hasta completarlo como es hoy en día.

Y ¿qué es el EGO? El diccionario dice que es la Instancia psíquica que se reconoce como "yo" según el Psicoanálisis de Freud. No se confunda con Autoestima, ya que esta es la valoración, generalmente positiva, de uno mismo. 

Ahora, ante la percepción colectiva el tener Ego es sinónimo de ser Creído y por lo tanto Egocéntrico, pero esto no tiene por que ser necesariamente cierto.

Bajo ciertos criterios, el Ego de una persona puede servir como inspirador, o simplemente para lucir una segura cantidad de Autoconfianza. Que nos puede servir para nuestra vida diaria. 

Entonces, como todo en esta vida, se tiene que tener en EQUILIBRIO, no tanto como para entrar en la Soberbia, y no demasiado para caer en la inseguridad. En mi vida cotidiana, y principalmente en las redes sociales, me he topado con gente con demasiado Ego, esta gente mezcla el ego con otras malas cualidades.  Y por esto, la podemos clasificar en varios tipos:

Ego + Vanidad: como compartir excesivamente 10 a 20 o mas fotos de si mismos, en la misma pose, en el mismo lugar, frente al espejo y haciendo cara de pato. Estas personas se "nutren" de Likes que les puedan dar sus contactos. 

Ego + Soberbia, como para decirle al mundo: yo lo sé todo, soy un tirano corrector de la mala ortografía de mis contactos, o de sus datos inexactos. Seguro se han topado con uno que otro Hitler-corrector. O con personas que tienen paginas, álbumes, y diversos medios sociales dedicados a ellos mismos. Sin hacer ninguna aportación, o utilidad. 

Ego y Falsa Humildad: personas que viven poniendo estados como "Estoy tan fea", "Tengo tal o cual defecto" solo para que las demás personas vallan y comenten "No, eso no es verdad, eres una belleza" Lo cierto es que esta falsedad solo es para que las demás personas les suban el animo, y las hagan sentir bien aceptadas. También pueden poner estados como "Triste" o "Me odio a mi misma" para el mismo propósito.

En conclusión, cada ser humano debe de tener un EQUILIBRIO en cuanto a su cantidad de Ego, para bien suyo y de las personas que los rodean.

Minako's Mood:
Filosofía de Caja de Cereal
Los argumentos aqui estipulados son de mi autoria y crítica personal,
cualquier opinión que pueda tener no me quitará el sueño ;3
Vive y déjame vivir a mi :P

viernes, 8 de marzo de 2013

Hachiko: Una historia digna de ser transmitida

Este viernes 8 de Marzo cumplen 78 años desde el fallecimiento de un perro de raza Akita conocido por su lealtad a su amo, el querido y recordado Hachiko, quien acostumbraba esperar a su amo, un catedrático de universidad, en la estación de Shibuya Shibuya para luego retomar el camino a casa juntos.

Un 21 de mayo de 1925, el docente sufrió una hemorragia cerebral en el trabajo y falleció. Esa tarde Hachiko acudió como de costumbre para esperar a la llegada de su amo, pero este no retornó a su casa, quedándose a vivir frente a la estación durante los siguientes 9 años de su vida. 

En la mañana del 8 de marzo, Hachiko fue encontrado muerto frente a la estación de trenes. Una autopsia reveló que la causa de su muerte fue Cáncer terminal y una filariasis en el corazón. Frente a la estación de Shibuya se ha colocado un monumento en su honor, ya que se le considera (con justa razón) símbolo de verdadera Lealtad.

El cuerpo de Hachiko fue disecado y se exhibe en el Museo de Ciencias Naturales de Tikiota de Ueno.

Su historia ha servido de inspiración para varios films, especiales de televisión, anime, pero sobre todo hay que recordar que el perro es el mejor amigo del hombre, y Hachiko es el mejor ejemplo de ello.

Minako's Mood: 
Tratando de no Llorar .. otra vez .. T___T

sábado, 2 de marzo de 2013

~Tuturururu rururu



Minako`s Mood: 
Las piedras Rodando se encuentran,
y tu y yo algún día nos habremos de encontrar ... 

lunes, 4 de febrero de 2013

Shoebills (Rex Balaeniceps)

El Shoebill (Balaeniceps rex), también conocido como Whalehead o Stork zapatos de pico, es una gran cigüeña . Su nombre se deriva de su enorme pie en forma de zapato . Aunque tiene una forma poco comun y en general ha sido previamente clasificada en la Orden Ciconiiformes, sus relaciones genéticas con aves actuales es ambiguo.

Y que tiene de extraordinaria esta ave?, ah pues al parecer su singular forma fue la inspiración para las particulares aves propias del videojuego Legend of Zelda: Skyward Sword. Y si no me creen, aquí una imagen del juego, juzguen por ustedes mismos.


Minako's Mood:

viernes, 1 de febrero de 2013

Animales Mitológicos

Existen hoy en día animales con nombres de seres mitológicos, si no me creen, vean esta lista:
  1. Argonauta argo es una especie de cefalópodo cosmopolita que vive en aguas tropicales. La hembra mide 20 centímetros y está provista de ocho largos brazos de los cuales dos, muy desarrollados, secretan una concha espiral muy fina, traslúcida, en la que se mantienen los huevos. Nada en la superficie, arrastrada por el viento. El macho es hasta 20 veces más pequeño y carece de concha. Su nombre, Argonauta, hace referencia a los héroes de la mitología griega que viajaron en la nave Argos a la búsqueda del vellocino de oro.
  2. Harpia harpyja es el nombre un ave rapaz que alcanza dos metros de envergadura con las alas abiertas y casi seis kilos de peso, considerada el mayor pájaro depredador actual. La cabeza está coronada por una cresta grisácea muy característica que puede levantar a voluntad. Su nombre proviene de la palabra griega harpe, que en la mitología griega se usaba para describir a un monstruo volador con afiladas garras, rostro de mujer y cuerpo de gallina. Vive en los espesos bosques tropicales de Sudamérica, por los que se mueve con una sorprendente agilidad a pesar de su enorme tamaño. 
  3. Attacus atlas es el nombre científico de la mariposa atlas, una colosal polilla originaria de las selvas de Malasia que puede llegar a medir en torno a 30 centímetros de ancho por unos 25 de largo. Su vuelo es particularmente llamativo, ya que el peso le supone una gran dificultad a la hora de mantenerse en el aire, por lo que generalmente planea aprovechando las corrientes de viento. Su nombre, Attacus, tiene origen cantonés y significa "cabeza de serpiente", en referencia a la extensión apical de las alas, que tiene un parecido con tal cabeza de ofidio. El epíteto atlas alude al gran titán de la mitología griega que sostiene sobre sus hombros la bóveda celeste.
  4. Dracaena cinnabari es el nombre científico de un árbol también conocido como árbol de la sangre de dragón, originario del archipiélago de Socotra (Yemen). Crece de forma natural entre los 150 y los 1.600 metros de altitud. Normalmente alcanza más de 3 metros de altura, y sus copas forman una tupida semiesfera a modo de enorme sombrilla. La resina es de color rojo intenso, por lo que si se abre una grieta en el tronco parece que “sangra”. En la mitología griega se cuenta que Heracles mató usando una flecha a Gerion, mostruo de tres cabezas y tres cuerpos unidos, y que de su sangre surgió un árbol que tenía frutos rojos parecidos a cerezas. Todo apunta a que se ese árbol mitológico es Dracaena cinnabari.
  5. Basiliscus plumifron, o basilisco verde, es un lagarto americano que es capaz de correr sobre el agua a 12 km/h para escapar de sus predadores. Esta hazaña es posible gracias a unas membranas en sus patas que aumentan la superficie de apoyo sobre el agua. El pequeño reptil verde, de 80 centímetros de longitud, exhibe sobre la cabeza y la espalda una llamativa cresta que le da aspecto de dragón. Su nombre proviene de un animal mitológico griego, el basilisco, un gallo con cuatro patas, grandes alas espinosas y cola de serpiente.

Minako`s Mood:
Hoy quiero algo dulce
~En otras noticias, te extraño u3u/

domingo, 13 de enero de 2013

Sobre Juan Rulfo

Hacía mas o menos 4 años, cuando leía por primera "El llano en llamas" de Juan Rulfo, pensaba que su literatura era algo cruda, pero ahora que lo releo veo que ahora se me hace hasta actual.

Citas:
  • "-¿Dices que el gobierno nos ayudará, profesor? ¿Tú conoces al gobierno?
    -Les dije que sí
    -También nosotros lo conocemos. Da esa casualidad. De lo que no sabemos nada es de la madre del gobierno.
    -Yo les dije que era la Patria. Ellos movieron la cabeza diciendo que no. Y se rieron. Fue la única vez que he visto reir a la gente de Luvina. Pelaron sus dientes molenques y me dijeron que no, que el gobierno no tenía madre".
  • "Los muertos pesan más que los vivos; lo aplastan a uno"
  • "Me gusta matar matones, créame usted. No es la costumbre; pero se ha de sentir sabroso ayudarle a Dios a acabar con esos hijos del mal."
  • "Yo le doy gracias a Dios, porque si acaba con todas mis facultades, ya no pierdo mucho, ya que casi no me queda ninguna."
  • "Su desventura fue la de haber nacido."
Minako's Mood:
Hoy ayude a mi abuelito a seguir con su blog

domingo, 6 de enero de 2013

En busca de la Felicidad


Ah, la felicidad; quien no la desea?... Pero realmente, ¿qué es la FELICIDAD?
Si nos vamos a buscarla en un diccionario, se define como "Una emocion resultado de una actividad neural fluida en la que los factores internos y externos interactúan estimulando el Sistema Límbico."

Realmente todos tenemos un concepto propio sobre lo que es para cada uno la Felicidad, yo realmente me siento feliz la mayoria de las veces, claro algunos dias son mas Grises o Rosas que otros, pero cierto dia escuchaba en la television a un señor llamado Eduardo Punset hablando sobre una teoría interesante de donde encontrar uno la Felicidad.

En fin, me di a la tarea de buscar algun articulo de el y encontre que tenia este libro tan interesante llamado "Viaje a la Felicidad". Aqui les presento su sinopsis, tal y como la encontré:


Sinopsis:

La búsqueda de la felicidad es una de las grandes aventuras humanas. Tal como explica Eduardo Punset en el prólogo, el viaje a la felicidad acaba de empezar y su final es incierto: Hace un poco más de un siglo la esperanza de vida seguía siendo de treinta años: lo justo para aprender a sobrevivir, si se contaba con la suerte, y culminar el propósito evolutivo de reproducirse. No había futuro ni, por lo tanto, la posibilidad de plantearse un objetivo tan insospechado como el de ser felices. esta era una cuestión que se aparcaba para después de la muerte y dependía de los dioses. La revolución científica ha desatado el cambio más importante de toda la historia de la evolución: la prolongación de la esperanza de vida que ha generado más de cuarenta años redundantes -en terminos evolutivos-. Por primera vez la humanidad tiene futuro y se plantea, lógicamente, como ser feliz aquí y ahora. La gente se ha sumergido en esas aguas desconocidas, prácticamente, sin la ayuda de nadie. Ahora la comunidad científica intenta iluminar el camino;Este libro es una lúcida y apasionante aproximación a la felicidad y sus condicionantes. Una indagación que nos desvela los más recientes descubrimientos científicos en torno a este tema, y que en su capítulo final nos propone la fórmula de la felicidad.


En fin, despues de todo este rollo; el autor, en la entrevista que le hicieron por la television, mencionaba una frase que me parecio curiosa: "La Felicidad se encuentra en la Antesala del Fracaso". Y ponía como ejemplo a su perrita: "Ella siempre daba de saltos y piruetas cuando me veia dirigirme hacia la cocina, corría en círculos cuando me veía llenar su plato y su energía y efuscividad aumentaban cuando llevaba su plato hasta donde ella lo pudiera digerir. Pero al tener el plato enfrente y ver que la comida era la habitual y que ella estaba acostumbrada a degustar sin mas afán que la rutina diaria, entonces su emoción cesaba casi por completo y solamente se limitaba a alimentarse por el mero hábito de subsistir"

Esto me lleva a pensar algo, todos somos como esa perrita xD, aunque suene extraño. Todos nos entusiasmamos con la idea de una nueva comida, un nuevo reto, un nuevo trabajo, una nueva cita; por el simple hecho de que el ser humano tiende a idealizar todo. Inconscientemente pensamos todas las cosas buenas que nos van a pasar con este nuevo trabajo, cita u ocasión  y cuando este no llega de la manera en que nosotros lo habíamos pensado, nos desilusionamos  Es por eso que Eduardo Punset lo dice de esa manera: "la felicidad esta en la sala de espera ... " por que es cuando realmente tendemos a ser felices, aun cuando lo que viene tal vez no sea (si no es que nunca lo es) como lo idealizamos.

Entonces la pregunta realmente sería: ¿Deberíamos entonces quedarnos en la Sala de Espera, para ser felices?. La respuesta es mas simple de lo que creen. Yo como cualquier otra persona, sacando como deducción que si nos quedamos en la sala de espera, tendríamos un sentimiento de felicidad duradero, saque como primera deducción que Si, por que no? Quedarse un tiempo en la Sala de espera no parecía tan malo. Es cuando ahí entra una Amiga tan sabia en sus palabras, a quien también le platique de esta teoría, ella me dijo: "Sería cruel engañar al corazón ilusionandolo con ese sentimiento por el tiempo que fuera, por que si nunca entras no sabrás lo que te espera, ya sea bueno o sea malo. No hay experiencias buenas o malas, solo experiencias y todas te dejan una enseñanza." 

Así que de todo esto saco esa conclusión: Si uno no se aventura, nunca sabrá lo que hay detrás de la puerta; siempre y cuando uno este preparado que si no es como uno lo espera al menos ya habrás tenido esa experiencia en tu vida.

Minako's Mood:
Por fin he terminado de escribir esta entrada
Pendiente desde 2009

viernes, 4 de enero de 2013

El Libro maldito que nunca existió: Necronomicon


De haber existido, el Necronomicón sería el best-seller de los libros jamás escritos. Encuadernado en piel humana y escrito con sangre, el Necronomicón era un supuesto códice ocultista para invocar a los primordiales, entidades demoníacas del ser humano.

El ficticio autor de tan macabra obra era Abdul Alhazred, un árabe del siglo XII, que enloqueció tras pasar cuatro años vagando por unas cuevas subterráneas, donde se supone que había descubierto la existencia de los primordiales. La primera persona que mencionó el Necronomicón fue el escritor Howard Philip Lovecraft en su relato "El sabueso", publicado en 1922.

Las referencias a este libro blasfemo y maldito (con la facultad de enloquecer a todo desdichado que osara leerlo) fueron constantes en la obra del escritor de Providence.

Constantes y minuciosas, ya que Lovecraft llegó incluso a escribir la cronología del Necronomicón, en la que detalló cómo, a través de los siglos, fue pasando por las manos de diversos personajes (monjes, traductores, coleccionistas...) hasta acabar desapareciendo misteriosamente.

Como era de esperar, los rastreadores de rarezas se pusieron tras la pista del libro. Una pista que no conducía a ninguna parte, ya que, como el propio Lovecraft confesó en 1943 en una carta a su editor, el libro blasfemo no existía; era una invención suya, para darle credibilidad a sus relatos terroríficos. Pero la confesión del propio Lovecraft no sirvió para poner fin a la leyenda, ya que muchos aficionados a la literatura de terror siguieron creyendo en la existencia del libro.

Jorge Luis Borges confesó cómo, con dieciséis años, fascinado por la obra de Lovecraft, recorrió las bibliotecas de Buenos Aires buscando el libro maldito. Lógicamente, no lo encontró; pero, ya que no pudo volver a su casa con un libro de recetas mágicas, lo hizo con otro de recetas de cocina, para que la salida no hubiera sido en vano.

La anécdota de Borges ejemplifica la fascinación que el "Necronomicón" ha ejercido y ejerce sobre miles de lectores. Fascinación que compartió René Chalbaud, catedrático de Literatura de La Sorbona de París, a quien en 1971 casi le dio un síncope cuando en la biblioteca de la Universidad encontró una amarillenta ficha que indicaba que existía un ejemplar del libro entre los fondos sin clasificar.

La noticia corrió como la pólvora, y a la Universidad acudieron decenas de investigadores atraídos por el hallazgo, como moscas a la miel. Debió ser divertido ver la expresión de sus rostros cuando descubrieron que todo había sido una broma de un alumno con ganas de burlarse de sus mayores.

Minako's Mood: 

miércoles, 2 de enero de 2013

EL ÁNGEL DE LO SINGULAR

Era una fría tarde de noviembre. Acababa de dar fin a un almuerzo más copioso que de costumbre, en el cual la indigesta trufa constituía una parte apreciable, y me encontraba solo en el comedor, con los pies apoyados en el guardafuegos, junto a una mesita que había arrimado al hogar y en la cual había diversas botellas de vino y liqueur. Por la mañana había estado leyendo el Leónidas, de Glover; la Epigoniada, de Wilkie; el Peregrinaje, de Lamartine; la Columbiada, de Barlow; la Sicilia, de Tuckermann, y las Curiosidades, de Griswold; confesaré, por tanto, que me sentía un tanto estúpido. Me esforzaba por despabilarme con ayuda de frecuentes tragos de Laffitte, pero como no me daba resultado, empecé a hojear desesperadamente u n periódico cualquiera. Después de recorrer cuidadosamente la columna de casas de alquiler, la de perros perdidos y las dos de esposas y aprendices desaparecidos, ataqué resuelto el editorial, leyéndolo del principio al fin sin entender una sola sílaba; pensando entonces que quizá estuviera escrito en chino, volví a leerlo del fin al principio, pero los resultados no fueron más satisfactorios. Me disponía a arrojar disgustado Este infolio de cuatro páginas, feliz obra. Que ni siquiera los poetas critican, Cuando mi atención se despertó a la vista del siguiente párrafo:
Los caminos de la muerte son numerosos y extraños. Un periódico londinense se ocupa del singular fallecimiento de un individuo. Jugaba éste a soplar el dardo, juego que consiste en clavar en un blanco una larga aguja que sobresale de una pelota de lana, todo lo cual se arroja soplándolo con una cerbatana. La víctima colocó la aguja en el extremo del tubo que no correspondía y, al aspirar con violencia para juntar aire, la aguja se le metió por la garganta, llegando a los pulmones y ocasionándole la muerte en pocos días. Al leer esto, me puse furioso sin saber exactamente por qué.
-Este artículo –exclamé- es una despreciable mentira, un triste engaño, la hez de las invenciones de un escritorzuelo de a un penique la línea, de un pobre cronista de aventuras en el país de Cucaña. Individuos tales, sabedores de la extravagante credulidad de nuestra época, aplican su ingenio a fabricar imposibilidades probables… accidentes extraños, como ellos lo denominan. Pero una inteligencia reflexiva (como la mía, pensé entre paréntesis apoyándome el índice en la nariz), un entendimiento contemplativo como el que poseo, advierte de inmediato que el maravilloso incremento que han tenido recientemente dichos accidentes extraños es en sí el más extraño de los accidentes. Por mi parte, estoy dispuesto a no creer de ahora en adelante nada que tenga alguna apariencia singular.
-¡Tíos mío, que estúpido es usted, ferdaderamente! –pronunció una de las más notables voces que jamás haya escuchado.
En el primer momento creí que me zumbaban los oídos (como suele suceder cuando se está muy borracho), pero pensándolo mejor me pareció que aquel sonido se asemejaba al que sale de un barril vacío si se lo golpea con un garrote; y hubiera terminado por creerlo de no haber sido porque el sonido contenía sílabas y palabras. Por lo general, no soy muy nervioso, y los pocos vasos de Laffitte que había sido saboreado sirvieron para darme aún más coraje, por lo cual alcé los ojos con toda calma y los paseé por la habitación en busca del intruso. No vi a nadie.
-¡Humf! –continuó la voz, mientras seguía yo mirando-. ¡Debe estar más borracho que un cerdo, si no me fe sentado a su lado!
Esto me indujo a mirar inmediatamente delante de mis narices y, en efecto, sentado en la parte opuesta de la mesa vi a un estrambótico personaje del que, sin embargo, trataré de dar alguna descripción. Tenía por cuerpo un barril de vino, o una pipa de ron, o algo por el estilo que le daba un perfecto aire a lo Falstaff. A modo de extremidades inferiores tenía dos cuñetes que parecían servirle de piernas. De la parte superior del cuerpo le salían, a guisa de brazos, dos largas botellas cuyos cuellos formaban las manos. La cabeza de aquel monstruo estaba formada por una especie de cantimplora como las que usan en Hesse y que parecen grandes tabaqueras con un agujero en mitad de la tapa. Esta cantimplora (que tenía un embudo en lo alto, a modo de gorro echado sobre los ojos) se hallaba colocada sobre aquel tonel, de modo que el agujero miraba hacia mí; y por dicho agujero, que parecía fruncirse en un mohín propio de una solterona ceremoniosa, el monstruo emitía ciertos sonidos retumbantes y ciertos gruñidos que, por lo visto, respondían a su idea de un lenguaje inteligible.
-Digo –repitió- que debe estar más borracho que un cerdo para no ferme sentado a su lado. Y digo también que debe ser más estúpido que un ganso para no creer lo que esdá impreso en el diario. Es la ferdad… toda la ferdad… cada palabra.
-¿Quién es usted, si puede saberse? –pregunté con mucha dignidad, aunque un tanto perplejo-. ¿Cómo ha entrado en mi casa? ¿Y qué significan sus palabras?
-Cómo he endrado aquí no es asunto suyo –replicó la figura-; en cuanto a mis palabras, yo hablo de lo que me da la gana; y he fenido aquí brecisamente para que sepa quién soy.
-Usted no es más que un vagabundo borracho –dije-. Voy a llamar para que mi lacayo lo eche a puntapiés a la calle.
-¡Ja, ja! –rió el individuo-. ¡Ju, ju, ju! ¡Imbosible que haga eso!
-¿Imposible? –pregunté-. ¿Qué quiere decir?
-Toque la gambanilla –me desafió, esbozando una risita socarrona con su extraña y condenada boca.
Al oír esto me esforcé por enderezarme, a fin de llevar a ejecución mi amenaza; pero entonces el miserable se inclinó con toda deliberación sobre la mesa y me dio en mitad del cráneo con el cuello de una de las largas botellas, haciéndome caer otra vez en el sillón del cual acababa de incorporarme. Me quedé profundamente estupefacto y por un instante no supe que hacer. Entretanto, él seguía con su cháchara.
-¿Ha visto? Es mejor que se guede guieto. Y ahora sabrá guien soy. ¡Míreme! ¡Fea!
Yo soy el Ángel de lo Singular.
-¡Vaya si es singular! –me aventuré a replicar-.
Pero siempre he vivido bajo la impresión de que un ángel tenía alas.
-¡Alas! –gritó, furibundo-. ¿Y bara qué quiero las alas? ¡Me doma usted por un bollo?
-¡Oh, no, ciertamente! –me apresuré a decir muy alarmado-. ¡No, no tiene usted nada de pollo!
-Pueno, entonces quédese sentado y bórtese pien, o le begaré de nuevo con el buño.
El bollo tiene alas, y el púho tiene alas, y el duende tiene alas, y el gran tiablo tiene alas. El ángel no tiene alas, y yo soy el Ángel de lo Singular.
-¿Y qué se trae usted conmigo? ¿Se puede saber…?
-¡Qué me draigo! –profirió aquella cosa-. ¡Bues… que berfecto maleducado tebe ser usted para breguntar a un ángel qué se drae!
Aquel lenguaje era más de lo que podía soportar, incluso de un ángel; por lo cual, reuniendo mi coraje, me apoderé de un salero que había a mi alcance y lo arrojé a la cabeza del intruso. O bien lo evitó o mi puntería era deficiente, pues todo lo que conseguí fue la demolición del cristal que protegía la esfera del reloj sobre la chimenea. En cuanto al ángel, me dio a conocer su opinión sobre mi ataque en forma de dos o tres nuevos golpes en la cabeza. Como es natural, esto me redujo inmediatamente a la obediencia, y me avergüenza confesar que, sea por el dolor o la vergüenza que sentía, me saltaron las lágrimas de los ojos.
-¡Tíos mío! –exclamó el ángel, aparentemente muy sosegado por mi desesperación-
. ¡Tíos mío, este hombre está muy borracho o muy triste! Usted no tebe beber tanto… usted tebe echar agua al fino. ¡Vamos beba esto… así, berfecto! ¡Y no llore más, famos!
Y, con estas palabras, el Ángel de lo Singular llenó mi vaso (que contenía un tercio de oporto) con su fluido incoloro que dejó salir de una de las botellas-manos. Noté que las botellas tenían etiquetas y que en las mismas se leía: Kirschenwasser.
La amabilidad del ángel me ablandó grandemente y, ayudado por el agua con la cual diluyó varias veces mi oporto, recobré bastante serenidad como para escuchar su extraordinarísimo discurso. No pretendo repetir aquí todo lo que me dijo, pero deduje de sus palabras que era el genio que presidía sobre los contretemps de la humanidad, y que su misión consistía en provocar los accidentes singulares que asombraban continuamente a los escépticos. Una o dos veces, al aventurarme a expresar mi completa incredulidad sobre sus pretensiones, se puso muy furioso, hasta que, por fin, estimé prudente callarme la boca y dejarlo que hablara a gusto. Así lo hizo, pues, extensamente, mientras yo descansaba con los ojos cerrados en mi sofá y me divertía mordisqueando pasas de uva y tirando los cabos en todas direcciones. Poco a poco el ángel pareció entender que mi conducta era desdeñosa para con él. Levantóse, poseído de terrible furia, se caló el embudo hasta los ojos, prorrumpió en un largo juramento, seguido de una amenaza que no pude comprender exactamente y, por fin, me hizo una gran reverencia y se marchó, deseándome en el lenguaje del arzobispo en Gil Blas, beaucoup de bonheur et un peu plus de bon sens.
Su partida fue un gran alivio para mí. Los poquísimos vasos de Laffitte que había bebido me producían una cierta modorra, por lo cual decidí dormir quince o veinte minutos, como acostumbraba siempre después de comer. A la seis tenía una cita importante, a la cual no debía faltar bajo ningún pretexto. La póliza de seguro de mi casa había expirado el día anterior, pero como surgieran algunas discusiones, quedó decidido que los directores de la compañía me recibirían a las seis para fijar los términos de la renovación. Mirando el reloj de la chimenea (pues me sentía demasiado adormecido para mi reloj del bolsillo) comprobé con placer que aún contaba con veinticinco minutos. Eran las cinco y media; fácilmente llegaría a la compañía de seguros en cinco minutos; y como mis siestas habituales no pasaban jamás de veinticinco, me sentí perfectamente tranquilo y me acomodé para descansar.
Al despertar, muy satisfecho, miré nuevamente el reloj y estuve a punto de empezar a creer en accidentes extraños cuando descubrí que en vez de mi sueño ordinario de quince o veinte minutos sólo había dormido tres, ya que eran las seis menos veintisiete. Volví a dormirme, y al despertar comprobé con estupefacción que todavía eran las seis menos veintisiete. Corrí a examinar el reloj, descubriendo que estaba parado. Mi reloj de bolsillo no tardó en informarme que eran las siete y media y, por consiguiente, demasiado tarde para la cita.
-No será nada –me dije-. Mañana por la mañana me presentaré en la oficina y me excusaré. Pero, entretanto, ¿qué le ha ocurrido al reloj?
Al examinarlo descubrí que uno de los cabos del racimo de pasas que había estado desparramando a capirotazos durante el discurso del Ángel de lo Singular había aprovechado la rotura del cristal para alojarse –de manera bastante singular- en el orificio de la llave, de modo que su extremo, al sobresalir de la esfera, había detenido el movimiento del minutero.
-¡Ah, ya veo! –exclamé-. La cosa es clarísima. Un accidente muy natural, como los que ocurren a veces.
Dejé de preocuparme del asunto y a la hora habitual me fui a la cama. Luego de colocar una bujía en una mesilla de lectura a la cabecera, y de intentar la lectura de algunas páginas de la Omnipresencia de la Deidad, me quedé infortunadamente dormido en menos de veinte segundos, dejando la vela encendida.
Mis sueños se vieron aterradoramente perturbados por visiones del Ángel de lo Singular. Me pareció que se agazapaba a los pies del lecho, apartando las cortinas, y que con las huecas y detestables resonancias de una pipa de ron me amenazaba con su más terrible venganza por el desdén con que lo había tratado. Concluyó una larga arenga quitándose su gorro-embudo, insertándomelo en el gaznate e inundándome con un océano de Kirschenwasser, que manaba a torrentes de una de las largas botellas que le servían de brazos. Mi agonía se hizo, por fin, insoportable y desperté a tiempo para percibir que una rata se había apoderado de la bujía encendida en la mesilla, pero no a tiempo de impedirle que se metiera con ella en su cueva. Muy pronto asaltó mis narices un olor tan fuerte como sofocante; me di cuenta de que la casa se había incendiado, y pocos minutos más tarde las llamas surgieron violentamente, tanto, que en un período increíblemente corto el entero edificio fue presa del fuego.
Toda salida de mis habitaciones había quedado cortada, salvo una ventana. La multitud reunida abajo no tardó en procurarme una larga escala. Descendía por ella rápidamente sano y salvo cuando a un enorme cerdo (en cuya redonda barriga, así como en todo su aire y fisonomía había algo que me recordaba al Ángel de lo Singular) se le ocurrió interrumpir el tranquilo sueño de que gozaba en un charco de barro y descubrir que le agradaría rascarse el lomo, no encontrando mejor lugar para hacerlo que el ofrecido por el pie de la escala. Un segundo después caí yo desde lo alto, con la, a la fortuna de quebrarme un brazo.
Aquel accidente, junto con la pérdida de mi seguro y la más grave del cabello (totalmente consumido por el fuego), predispuso mi espíritu a las cosas serias, por lo cual me decidí finalmente a casarme.
Había una viuda rica, desconsolada por la pérdida de su séptimo marido, y ofrecí el bálsamo de mis promesas a las heridas de su espíritu. Llena de vacilaciones, cedió a mis ruegos. Arrodilléme a sus pies, envuelto en gratitud y adoración. Sonrojóse, mientras sus larguísimas trenzas se mezclaban por un momento con los cabellos que el arte de Grandjean me había proporcionado temporariamente. No sé cómo se enredaron nuestros cabellos, pero así ocurrió. Levantéme con una reluciente calva y sin peluca, mientras ella, ahogándose con cabellos ajenos, cedía a la cólera y al desdén. Así terminaron mis esperanzas sobre aquella viuda por culpa de un accidente por cierto imprevisible, pero que la serie natural de los sucesos había provocado.
Sin desesperar, empero, emprendí el asedio de un corazón menos implacable. Los hados me fueron propicios durante un breve período, pero un incidente trivial volvió a interponerse. Al encontrarme con mi novia en una avenida frecuentada por toda la élite de la ciudad, me preparaba a saludarla con una de mis más respetuosas reverencias, cuando alguna partícula de alguna materia se me alojó en el ojo, dejándome completamente ciego por un momento. Antes de que pudiera recobrar la vista, la dama de mi amor había desaparecido, irreparablemente ofendida por lo que consideraba descortesía al dejarla pasar a mi lado sin saludarla. Mientras permanecía desconcertado por lo repentino de este accidente (que podía haberle ocurrido, por lo demás, a cualquier mortal), se me acercó el Ángel de lo Singular, ofreciéndome su ayuda con una gentileza que no tenía razones para esperar. Examinó mi congestionado ojo con gran delicadeza y habilidad, informándome que me había caído en él una gota, y –sea lo que fuere aquella gota- me la extrajo y me procuró alivio.
Pensé entonces que ya era tiempo de morir, puesto que la mala fortuna había decidido perseguirme, y, en consecuencia, me encaminé al río más cercano. Una vez allí me despojé de mis ropas (dado que bien podemos morir como hemos venido al mundo) y me tiré de cabeza a la corriente, teniendo por único testigo de mi destino a un cuervo solitario, el cual, dejándose llevar por la tentación de comer maíz mojado en aguardiente, se había separado de sus compañeros. Tan pronto me hube tirado al agua, el pájaro resolvió echar a volar llevándose la parte más indispensable de mi vestimenta. Aplacé, por tanto, mis designios suicidas, y luego de introducir las piernas en las mangas de mi chaqueta, me lancé en persecución del villano con toda la celeridad que el caso reclamaba y que las circunstancias permitían. Mas mi cruel destino me acompañaba, como siempre. Mientras corría a toda velocidad, la nariz en alto y sólo preocupado por seguir en su vuelo al ladrón de mi propiedad, percibí de pronto que mis pies ya no tocaban terra firma: acababa de caer a un precipicio, y me hubiera hecho mil pedazos en el fondo, de no tener la buena fortuna de atrapar la cuerda de un globo que pasaba por ahí.
Tan pronto recobré suficientemente los sentidos como para darme cuenta de la terrible situación en que me hallaba (o, mejor, de la cual colgaba), ejercité todas las fuerzas de mis pulmones para llevar dicha terrible situación a conocimiento del aeronauta. Pero en vano grité largo tiempo. O aquel estúpido no me oía, o aquel miserable no quería oír, Entretanto el globo ganaba altura rápidamente, mientras mis fuerzas decrecían con no menor rapidez. Me disponía a resignarme a mi destino y caer silenciosamente al mar, cuando cobré ánimos al oír una profunda voz en lo alto, que parecía estar canturreando un aire de ópera. Mirando hacia arriba, reconocí al Ángel de lo Singular. Con los brazos cruzados, se inclinaba sobre el borde de la barquilla; tenía una pipa en la boca y, mientras exhalaba tranquilamente el humo, parecía muy satisfecho de sí mismo y del universo. En cuanto a mí, estaba demasiado exhausto para hablar, por lo cual me limité a mirarlo con aire implorante.
Durante largo tiempo no dijo nada, aunque me contemplaba cara a cara. Por fin, pasándose la pipa al otro lado de la boca, condescendió a hablar.
-¿Quién es usted y qué diablos hace aquí? –preguntó-.
A esta desfachatez, crueldad y afectación sólo pude responder con una sola palabra:
¡Socorro!
-¡Socorro! –repitió el malvado-. ¡Nada te eso! Ahí fa la potella… ¡Arréglese usted solo, y que el tiablo se lo lleve!
Con estas palabras, dejó caer una pesada botella de Kirschenwasser que, dándome exactamente en mitad del cráneo, me produjo la impresión de que mis sesos acababan de volar. Dominado por esta idea me disponía a soltar la cuerda y rendir mi alma con resignación, cuando fui detenido por un grito del ángel, quien me mandaba que no me soltara.
-¡Déngase con fuerza! –gritó-. ¡Y no se abresure! ¿Quiere que le dire la otra
potella… o brefiere bortarse bien y ser más sensato?
Al oír esto me apresuré a mover dos veces la cabeza, la primera negativamente, para indicar que por el momento no deseaba recibir la otra botella, y la segunda afirmativamente, a fin de que el ángel supiera que me portaría bien y que sería más sensato.
Gracias a ello logré que se dulcificara un tanto.
-Entonces… ¿cree por fin? –inquirió-. ¿Cree por fin en la bosibilidad de lo extraño?
Asentí nuevamente con la cabeza.
-¿Y cree en mí, el Ángel de lo Singular?
Asentí otra vez.
-¿Y reconoce que usted es un borracho berdido y un estúbido?
Una vez más dije que sí.
-Bues, pien, bonga la mano terecha en el polsillo izquierdo te los bantalones, en señal de su entera sumisión al Ángel de lo Singular.
Por razones obvias me era absolutamente imposible cumplir su pedido. En primer lugar, tenía el brazo izquierdo fracturado por la caída de la escala y, si soltaba la mano derecha de la soga, no podría sostenerme un solo instante con la otra. En segundo término, no disponía de pantalones hasta encontrara al cuervo. Me vi, pues, precisado, con gran sentimiento, a sacudir negativamente la cabeza, queriendo indicar con ello al ángel que en aquel instante me era imposible acceder a su muy razonable demanda. Pero, apenas había terminado de moverla, cuando…
-¡Fáyase al tiablo, entonces! –rugió el Ángel de lo Singular.
Y al pronunciar dichas palabras dio una cuchillada a la soga que me sostenía, y como esto ocurría precisamente sobre mi casa (la cual, en el curso de mis peregrinaciones, había sido hábilmente reconstruida), terminé cayendo de cabeza en la ancha chimenea y aterricé en el hogar del comedor.
Al recobrar los sentidos –pues la caída me había aturdido terriblemente- descubrí que eran las cuatro de la mañana. Estaba tendido allí donde había caído del globo. Tenía la cabeza metida en las cenizas del extinguido fuego, mientras mis pies reposaban en las ruinas de una mesita volcada, entre los restos de una variada comida, junto con los cuales había un periódico, algunos vasos y botellas rotos y un jarro vacío de Kirschenwasser de Schiedam. Tal fue la venganza del Ángel de lo Singular.

Minako's Mood:
Cuentos de Edgar Allan Poe
~El Ángel de lo singular
Ilustración: Minako Satochi

martes, 1 de enero de 2013

El amor prohibido de Tolkien

He aquí un pequeño relato que me tome la libertad de traducir:

Tolkien conoció a su esposa, María Edith Bratt, después de mudarse a la casa de huéspedes en la que también estaba alojado. Tenía apenas dieciséis años, y ella era tres años mayor que él. Se enamoraron durante el verano, pero tutor de Tolkien, el padre Francis Morgan, desaprobaba mucho, ya que era protestante y Edith Tolkien era católico. Se prohíbe Tolkien hablar, reunirse, o incluso correspondencia con ella hasta que él tenía veintiún años de edad (incluso amenazó con cortar carrera universitaria corta de Tolkien). Así, en la noche de su vigésimo primer cumpleaños, Tolkien escribió una carta a Edith declarándole su amor y pedir su mano en matrimonio. Edith escribió diciendo que estaba comprometida con otro hombre, pero sólo porque ella pensaba Tolkien había olvidado de ella. Se reunieron bajo un puente de ferrocarril y se reunieron. Poco después, ella cortó su compromiso y anunció que iba a casarse con Tolkien en su lugar. Incluso se convirtió al catolicismo. Edith y Tolkien fueron contratados formalmente en 1913, y se casaron en 1916, después de regresar de Tolkien luchando en la Primera Guerra Mundial Permanecieron juntos hasta la muerte de Edith en 1971. Tolkien murió en 1973.

Minako's Mood: 
-3- empachada con el recalentado

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